{Long-fic} One week of Dreams. [Jerza] [2/7]

¡Hola!
Bueno, vengo a inaugurar la partecita de fics con uno Jerza :3
Título: One Week of Dreams (Una semana de sueños)
Link FF: Holi aún no puedo poner links en el foro :c "http:  // www .  fanfiction . net /s/ 9334558 /1/ One-Week-of-Dreams"
Capítulos: {1/7} —Hope. —Freedom. —Atonement. —Stars. —Promise. —Love. —Forever.
Nota de autora: Bueno, son siete one-shots de Jerza intenso pero que estan relacionados entre sí. (Uno puede pasar el día uno y el siguiente puede ser tres meses después). Los hice en un principio para la semana Jerza, y los subiré acá :3.

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Dio vueltas impaciente, mientras sentía el golpeteo incesante en la puerta. Lo ignoró.
Mientras trataba de ignorar todo a su alrededor apoyó la espalda contra la pared y se deslizó hasta quedar sentada en el suelo, suspiró, conteniendo las lágrimas.
¿Porqué?
¿Porqué era tan difícil para todos entender que se amaban?
Era cierto que Jellal había dado una pésima primera impresión al gremio luego de la Torre del Cielo, pero debían entender que ese no era su verdadero yo. También era cierto que Milianna lo odiaba con su vida y se oponía eternamente a la relación, sabiendo lo importante que era la opinión de la chica para Erza.
Si bien todo el gremio insistía en que estaba a favor de su relación era cosa de ver sus rostros cuando Jellal pasaba a buscarla en las tardes.
¿Por qué les era tan difícil entender que ella quería una vida a su lado? ¿Formar una familia y ser felices de una buena vez?
Tenía claro que las posibilidades de un embarazo eran mínimas. Luego de todas las torturas y la cantidad de deterioro que adquirió tanto su cuerpo como el de Jellal en esa época era difícil saber si aún podían tener hijos, pero ella no perdía la esperanza. Era lo último que le quedaba, y, ¿cuantas veces no había soñado con huir con Jellal y formar su propia vida? (Claro que llevándose a Milianna, a Sho y al resto con ellos). Esa esperanza fue la que por mucho tiempo la mantuvo viva.
Y ahora estaba ahí, encerrada en el baño, negándose a ver el test de embarazo que reposaba en el lavamanos y haciendo oídos sordos a la insistencia de Jellal a través de la puerta.
Lucy, Levy y todas le habían advertido que las nauseas no siempre serían por un bebé. Podía simplemente estar enferma, incluso Cana con su magia le había dicho que en su futuro próximo no había ni un atisbo de bebé.
Pero ella no podía perder la fe. Ni ella ni Jellal.
Con las mejillas empapadas por las lágrimas se levantó, negando toda existencia de la prueba de embarazo, le dio la espalda y abrió la puerta.
Jellal la miró unos segundos. Al reconocer las lágrimas en sus mejillas apretó los labios en una mueca de tristeza, y se limitó a abrazar a Erza con todas sus fuerzas.
—¿Falsa... Alarma? —sus palabras salieron como un susurro apenas audible para Erza. La cual se encogió de hombros.
Jellal la alejó un poco y le limpió las lágrimas.
—No lo sé... —gimoteó un poco—. No me he atrevido a verlo.
Jellal se enterneció al verla así, tan pequeña y asustada. El sabía que ella era fuerte, más fuerte que cualquiera. Pero que había cosas para las que necesitaba a alguien a su lado.
—¿Veamos? —sugirió. Erza se quitó el resto de las lágrimas con el dorso de la mano y asintió.
La mano de Jellal se deslizó por su hombro hasta llegar a la mano de Erza, las entrelazó.
Erza entró con los ojos cerrados al lavado, detrás suyo estaba Jellal.
—¿Lo vemos a las tres?
—Una, dos, tres.
Ambos abrieron los ojos al mismo tiempo, su vista se dirigió al pequeño aparato que indicaba si había embarazo o no.
Dos rayas rojas.
Oh por dios.
Erza contuvo un grito, y se giró hacia Jellal, que tenía la misma expresión de emoción en su rostro.
—¿D-dos rayas era...? —sin esperar respuesta leyó las instrucciones minuciosamente en la cajita, Erza las leyó también a su lado.
En cuanto el test detecte la hormona del embarazo una segunda raya se pintara en el aparato.
Dios, estaba embarazada.
Embarazada de Jellal Fernandes.
Jellal, sin poder contener su emoción la abrazó con fuerza y la levantó del suelo.
—¡Vamos a ser papás! —miró a Erza, con las lágrimas cayendo por sus mejillas preso de la emoción—. ¡Tú y yo!
La emoción de Jellal se contagió a Erza, que lo demostró con un ataque de risa debido a la felicidad. ¡Quien lo hubiera creído! Ahí dentro, en su vientre, había un pequeño ser formándose. Un pequeño Jellal. Sonrió ante este pensamiento.
La posibilidad había sido mínima. Nadie había creído que pudiese ocurrir.
Pero ellos no habían perdido la esperanza.

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¿Qué tal?
Admins, si he tenido algún error al subirlo o algo me avisan por favor ;; como nadie habia subido fic no sabía muy bien como hacerlo (Gracias a Rushi por su ayuda <3)
¿Merece comentario? ¿Lo sigo? :3

Hellooow~
Título: One Week of Dreams (Una semana de sueños)
Link FF: http://www.fanfiction.net/s/9334558/2/One-Week-of-Dreams
Capítulos: {2/7} —Hope. —Freedom. —Atonement. —Stars. —Promise. —Love. —Forever.
Nota de autora: Bueno, son siete one-shots de Jerza intenso pero que estan relacionados entre sí. (Uno puede pasar el día uno y el siguiente puede ser tres meses después). Los hice en un principio para la semana Jerza, y los subiré acá :3.
*Meredy~! Muchas gracias por comentar :'3 y que bueno que te haya gustado ** me encantan las semanas de todas las parejas ajdbhas son como... feels y shippings intensos hahah ahgda xD Yo tengo una seria obseción con esta pareja D: fue imposible no escribirles para su semanita.

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One Week of Dreams.
Día dos: Libertad.

Apretó las sábanas bajo suyo mientras el sudor recorría su piel nívea.
Se encogió en su lugar mientras los temblores se apoderaban de su cuerpo, y su cabello escarlata se esparcía por la cama. Sus brazos se afirmaron de la cama mientras las lágrimas traicioneras caían por sus mejillas.
A su lado, la figura masculina se removió inquieta por los quejidos que profesaba su compañera.
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Sus piernas dolían, sus rodillas estaban magulladas y sus brazos y tobillos tenían un asfixiante e incómodo peso extra.
Corría con todas sus fuerza, realmente lo hacía. Corría de las espectrales sombras que la perseguían incesantemente, mientras trataba de alcanzar a la sombra azulada que la llevaba tomada de la muñeca más adelante.
—¡Jellal! —chilló la pequeña Erza de diez años, rogándole al peliazul que se percatara de su falta de aire y energía para seguir. Cayó al suelo.
El chico se volteó, su mirada la observaba inquieto, tiró de su pequeño brazo para ayudarla a levantarse.
—Vamos, estamos cerca de la libertad.
Cuando Erza trató de levantarse y cayó de nuevo, la mirada azul de Jellal la atravesó como un taladro, soltó su muñeca con desdén y el odio paralizó su cuerpo. Algo se quebró en su mirada.
—La libertad no existe.
Los marrones ojos de Erza se abrieron de par a par, al escuchar una vez más, la frase que la había atormentado por toda su infancia.
—¿De qué hablas, Jellal? —se levantó, recargándose de energía nuevamente—. ¡Sólo debemos correr! La libertad está allá, pasos más adelante…
—No —Jellal la afirmó de un hombro y lo apretó. Erza cerró los ojos tratando de olvidar el dolor que le hacía sentir tanto física como emocionalmente el revivir ese momento una vez más. Sintió sus hombros temblando una y otra vez.
Mientras que Jellal, en la oscura habitación hacia su mayor esfuerzo por despertar a la chica que no dejaba de gritar y pegar manotazos al aire.
—¡Erza! —trataba de afirmarla por los hombros pero la chica oponía más resistencia, finalmente optó por envolverla en sus brazos ignorando los golpes que la chica le propinaba. Poco a poco la pelirroja se fue calmando, hasta que abrió sus ojos atestados de lágrimas.
—¿Jellal…?
El chico la estrechó contra sí mientras besaba su frente.
—Sí, aquí estoy.
Erza rápidamente analizó sus tobillos y sus muñecas, buscando algún vago rastro de las cadenas con las que en su infancia la habían torturado. Jellal le acarició los hombros, calmándola.
—Tranquila, fue sólo una pesadilla. Nada era real.
Si bien, Erza sabía que las palabras dichas en su sueño fueron reales en su momentos.
¿Realmente la libertad no existía? ¿Se había mentido a si misma todo ese tiempo sólo por el miedo de verse tragada por la oscuridad? Se aventuró, temerosa, a preguntarle a su novio.
—¿Jellal? ¿Somos… —dejó la pregunta en el aire, mientras reunía fuerzas para continuar—… Somos libres? ¿Realmente lo somos?
Con pesar, Jellal entendió cual había sido la pesadilla de Erza, y sintió como la culpa y el dolor lo devoraban por dentro al verse como el protagonista de tan amargo sueño.
—Sí —sentenció, luego de varios segundos envueltos en silencio—. Somos libres. Tú me liberaste, Erza. Y yo no dejaré que nadie te robe tu libertad de nuevo.
Los ojos de la pelirroja se iluminaron ante sus valerosas palabras, mientras escondía el rostro en la camiseta de Jellal, que no la soltaba por nada del mundo.
Fernandes acarició el pequeño bultito que empezaba a crecer en el vientre de Erza con ternura.
—Te prometo que nadie les quitará la libertad. Me aseguraré de ello.

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Taran, taran, taran :3
Viva la libertad <3